Antonio era un hombre facil de llevar
frente arrugada y triste su mirar
bebia del vino de su manantial
comía las frases no aprendió a llorar
bajaba la cuesta de piedra y sudor
para ir a los campos, campos del señor
trabajó muy duro de sol a sol
por unas monedas y un poco de ron
Pero una mañana de frío invernal
Antonio no pudo bajar la cuesta
sólo en su miseria la muerte le vió
le dió tanta pena que se lo llevó
nadie tuvo flores para el labrador
ni luto ni duelo para el labrador
Antonio era un hombre fácil de llevar
frente arrugada y triste su mirar
desde mi guitarra le envío un adiós
al hombre que un día me hizo creer en Dios
nadie tuvo flores para el labrador
desde mi guitarra le envío un adiós
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